La civilización maya habitó una vasta región denominada Mesoamérica, en el territorio de América Central, en los territorios actuales de Guatemala, Belice, Honduras , El Salvador y en el territorio hoy comprendido por cinco estados del sureste de México que son, Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán, con una historia de aproximadamente 3.000 años.

Conoce la cultura Maya con toda esta valiosa guía informativa de Quintana Roo y Yucatán donde aún se mantienen zonas mayas intactas y toda la mezcla de los habitantes conviven con el turismo y gente local que ha venido a quedarse en el caribe mexicano porque aquí no solo se disfruta el clima sino también la sabrosa comida…

Zonas arqueológicas

Conocida como una de las nuevas maravillas del mundo moderno, es la más impresionante de las zonas arqueológicas mayas en todo el mundo. Su edificio más importante es El Castillo, que tiene una altura de poco más de 30 metros y está dedicado a Kukulcán. Aquí dos veces al año en el equinoccio de primavera y el solsticio de otoño se aprecia el fenómeno del descenso de la serpiente, a estos eventos acuden miles de personas y es todo un espectáculo presenciarlo. Otros edificios también importantes son el Templo de los Jaguares, El Juego de Pelota que es el más grande en México y el observatorio entre otros Cobá, Tulum, Kohunlich, Dzinbanché y El Meco!

Idioma

Durante ese largo tiempo, en ese territorio se hablaron cientos de dialectos que generan hoy cerca de 44 lenguas mayas diferentes. Hablar de los "antiguos mayas" es referirse a la historia de una de las culturas mesoamericanas precolombinas más importantes, pues su legado científico y astronómico es mundial. Contrariamente a una creencia muy generalizada, la civilización maya nunca "desapareció". Por lo menos, no por completo, pues sus descendientes aún viven en la región y muchos de ellos hablan alguno de los idiomas de la familia mayense. La literatura maya ilustra la vida de esta cultura. Obras como el Rabinal Achí, el Popol Vuh, los diversos libros del Chilam Balam, son muestra de ello. Lo que sí fue destruido con la conquista es el modelo de civilización que hasta la llegada de los primeros españoles, había generado tres milenios de historia. el Popol vuh ―un libro que compila los detalles de las cuentas de creación conocidas en el grupo étnico maya quiché de las altas tierras de la era colonial―, actualmente vivimos en el cuarto mundo. El Popol Vuh afirma que los primeros dioses crearon tres mundos fallidos; el cuarto mundo tuvo éxito y prosperó, y se convirtió en el hogar del hombre actual. En la cuenta larga, cada mundo previo terminó al cabo del decimotercer Baktun (5125 años). Chilam Balam es el nombre de varios libros que relatan hechos y circunstancias históricas de la civilización maya. Escritos en lengua maya, por personajes anónimos, durante los siglos XVI y XVII, en la península de Yucatán. A ese nombre se le agrega el nombre de la población en donde fueron escritos, por ejemplo, el Chilam Balam de Chumayel, etc. Fueron redactados después de la conquista española. Durante la época colonial, la mayor parte de los escritos y vestigios de la religión maya fueron destruidos por los misioneros católicos españoles, al considerar que tales vestigios representaban influencias paganas y por tanto nocivas para la catequización de los mayas.

Calendario Maya

Todos los pueblos aborígenes de América Central usaban calendarios similares. El calendario maya llamado LA CUENTA LARGA, comenzaba su cómputo a partir del 13 de agosto del año 3114 (relacionándolo con nuestro calendario). Los mayas además, poseían un calendario astronómico, especialmente usado para la agricultura de tipo lunar que contaba con 12,5 meses cada uno de los cuales poseía 29,2 días, equivalente a un año solar de 365,2 días. El calendario litúrgico o “TZOLKIN” tenía el número de días de sus divinidades, o sea, 260, distribuidos en 20 meses. La utilización especialmente era para celebraciones religiosas y vaticinaban el destino de los hombres, en relación al día en que había nacido. Al llegar al día 13 el ciclo volvía a comenzar a partir del día 1, combinando los números con 20 nombres. El calendario civil o “HAAB” tenía 18 meses, cada uno con 20 días, sumando en su totalidad 360 días más 5 días que se le añadían para acomodarlo al calendario astronómico, totalizando el número de días del movimiento de traslación de la Tierra. También aquí se combinan nombres y números. Esos 5 días eran de asueto. De modo natural, cada 52 años se producía la coincidencia entre los calendarios civil y astronómico, marcando un ciclo completo, momento en que se producían cataclismos y catástrofes.